«Sólo quería ser libre»: Habla por primera vez desde EEUU piloto cubano que huyó en un An-2

El piloto cubano Rubén Martínez habla con Telemundo 51 desde BTC sobre cómo planificó su viaje a EEUU en una avioneta rusa del gobierno de la Isla.

La avioneta no fue más que un medio para escapar de la isla, según dijo y así le hizo saber a la fiscalía en la corte del lunes pasado, donde le cuestionaron haberse robado una aeronave. Éste viaje relámpago no le demoró ni 15 días planificarlo, porque, como dijo, sólo quería ser libre.

“Yo tenía deseos de irme de Cuba desde hace mucho tiempo y estaba ahorrando dinero para hacerlo”.

Una salida legal con destino a España, fue la primera planificación del piloto cubano Rubén Martínez Machado, para abandonar la isla, según dijo a Telemundo 51 en una llamada telefónica.

“Luego de que el gobierno de allá aprobara un cambio monetario, mis ahorros de 3,000 dólares se bajaron a 1,500”.

Su plan B, pasó entonces a ser prioridad. Usar la avioneta de fumigación agrícola en la que trabajaba para la Empresa Nacional de Servicios Aéreos en la región central de Cuba, y desviarla hacia Estados Unidos.

“El lío era convencerme a mí mismo de hacerlo, porque al final como quiera que sea era jugarme la vida en eso”.

Bastaron entonces 3 horas de travesía, pero no en línea Recta. Primero fui directo a lo que es aguas internacionales, después directo para acá y después fui por la costa oeste para evitar la población”.

Hasta el Aeropuerto de Entrenamiento Dade-Collier a bordo de una avioneta AN-2, llegó sobre las 11:30 de la mañana del 21 de octubre pasado, Martínez Machado, siendo inmediatamente puesto bajo custodia.

“Le pedí permiso para aterrizar y fue él quien me lo dio”.

El piloto de 29 años lleva recluido 19 días en un centro de Detención de Inmigración en Pompano Beach, sin derecho a fianza.

“La corte lo encontró probable escaparse en un futuro, o sea que no era confiable que aquí a mañana compareciera ante una corte”, dijo su abogado Eduardo Soto.

Para Soto está decisión es riesgosa y podría exponerlo a una posible deportación hacia Cuba.

“Hemos pedido protección bajo la convención contra la tortura”.

“Al final yo tomé la decisión de apostar mi vida por ser libre, eso todavía sigue en juego”, asegura el piloto, quien sabe que el régimen de La Habana lo acusa de robo y piratería y eso le podría costar la vida. O años en prisión. Su abogado dijo que presentará sus argumentos de apelación a la fianza en la corte federal.